Tomás López Torregrosa nació en Alicante en el año 1868.Tuvo un excelente maestro en su paisano y colega Ruperto Chapí, quien era ya entonces un destacado compositor. Torregrosa ingresó en el Conservatorio de Madrid y fue un alumno aventajado; terminados sus estudios, fue director de orquesta del Teatro Apolo de esta ciudad. Nada tiene de extraño, con estos antecedentes, que el compositor se sintiera atraído por el mundo de la zarzuela y que, dentro de este género, se inclinase por argumentos y temas del más puro madrileñismo.
Muchas de las partituras de Torregrosa no tuvieron más vitalidad que la de un estreno más o menos halagüeño, pero hay media docena de títulos en su producción que le aseguraron un puesto definitivo entre los autores de primera fila. Entre sus obras sobresalen las piezas breves y sainetes, pues su actividad principal corresponde a los años del género chico, y aún así, algunas veces escribió esas breves partituras en colaboración con otros músicos, como, por ejemplo, Joaquín Valverde hijo.
Efectivamente, aunque su primera obra de éxito es "La banda de trompetas" (1896), con texto de Carlos Arniches, al año siguiente trabaja en colaboración con el ya citado Valverde y presenta "El pobre diablo", con letra de Celso Lucio. Se trataba casi de una revista, que se hizo famosa porque aparecían en ella los siete pecados capitales representados por siete vicetiples.
En 1897 estrenó también, con Joaquín Valverde hijo, "El primer reserva", pieza cuyo texto era de Emilio Sánchez Pastor. Pero el verdadero éxito llegó al año siguiente, 1898, cuando en nueve meses estrenó dos de las piezas que más fama le han dado: a mediados de febrero, en el Teatro Apolo, "El santo de la Isidra", y en noviembre "La fiesta de San Antón"; ambas piezas se basaban en sainetes de Carlos Arniches. Son obras de un madrileñismo que contribuyó sin duda a despertar el interés del público de entonces, y dotadas de partituras de un agradable melodismo y de ritmos que hoy en día consideramos propios y típicos de la capital de España.
Muchos otros títulos estrena Torregrosa en los años siguientes: en 1899 "El último chulo", en el Teatro Eslava; "La muerte de Agripina" (1902) en el Teatro de la Zarzuela; "San Juan de Luz" (1902); "Los chicos de la escuela" (1903), "La pena negra" (1906) y "El Hurón y Felipe II" (1908). Pero ninguno de estos esfuerzos, aunque inicialmente bien recibidos, alcanzó el éxito de la humorada cómico-lIrica en un acto, titulada "El pobre Valbuena" y presentada en el madrileño Teatro Apolo el día 1 de julio de 1904; su partitura era fruto de la colaboración con Joaquín Valverde hijo y el texto iba avalado por Carlos Arniches y Enrique Garcia Álvarez.
También escribió el maestro Torregrosa algunas operetas y revistas, obras próximas al espíritu del género chico que alcanzaban fugaces y hasta persistentes éxitos al subir a las carteleras de los teatros madrileños, pero se puede decir que su popularidad actual, tal vez algo en receso, reposa sobre los dos destacados sainetes del año 1898, los ya citados "El santo de la Isidra" y "La fiesta de San Antón", así como del considerable éxito que fue y sigue siendo "El pobre Valbuena".
En plena fama y vigor creador falleció este interesante compositor en Madrid, en el año 1913.
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