Viajero incansable, Penella fue un compositor que dedicó su inspiración a cualquier tipo de música teatral y que recorrió gran parte del mundo de habla hispana dirigiendo y estrenando composiciones propias y dando a conocer otras de las de más éxito en su momento. Nació en Valencia el 31 de julio de 1880, inició sus estudios musicales con su padre, el prestigioso compositor Manuel Penella Raga, director del Conservatorio valenciano.
En este centro el joven Penella fue iniciado en los arcanos de la composición por el prestigioso pedagogo y compositor Salvador Giner y desarrolló una notable técnica como virtuoso del violín bajo la dirección de Andrés Goñi, pero un accidente que afectó a su mano izquierda le obligó a renunciar a este instrumento. Ocupó entonces durante breve tiempo el cargo de organista de la iglesia de San Nicolás de Valencia, pero pronto sintió la llamada del teatro y, desde 1894, año en que estrenó su primer titulo zarzuelístico, La fiesta del pueblo hasta su muerte, compuso más de ochenta obras entre zarzuelas, comedias musicales, revistas y alguna ópera.
Viajó con compañías teatrales y de zarzuela por América, dirigió una banda militar en Quito, estrenó revistas musicales en Cuba y viajó repetidas veces a España para reunir material humano y musical para realizar su labor divulgadora, que tenía más trazas de bohemia que de tarea cultural.
Hombre un tanto señero, obtuvo en general éxitos medianos y fugaces, pero en 1913 alcanzó un triunfo en Madrid con Las musas latinas con libreto de M. Moncayo, y en el año 1916 destacó de manera especial con el estreno en el Teatro Principal de Valencia de su ópera o zarzuela El gato montés, cuyo pasodoble se hizo rápidamente famoso en todo el mundo, sobre todo cuando rubricó su éxito presentando esta obra en el Park Theatre de Nueva York en 1920.
De nuevo le sonrió el éxito en 1932, cuando estrenó en Barcelona su zarzuela u ópera de cámara Don Gil de Alcalá. en el Teatro de Novedades. Esta obra, que tiene la particularidad de tener la parte orquestal escrita sólo para cuerda, se ha convertido en una de las piezas más destacadas del repertorio de música teatral española y ha dado un lugar preferente a Manuel Penella entre sus compositores. Fue estrenada en 1953 en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en cuyo escenario se ha representado también con posterioridad, así como en el Teatro de la Zarzuela madrileño y en varios países de América.
Precisamente cuando se hallaba en México para dirigir la parte musical de Don Gil de Alcalá en una versión cinematográfica, nuestro compositor falleció en Cuernavaca el 24 de enero de 1939.
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