De origen humilde, necesitó grandes esfuerzos para concluir su carrera de canto en el Conservatorio Superior del Liceo y completar luego sus estudios con Eugenia Kemeny y Conchita Badía.
Los inicios de su carrera fueron también muy modestos hasta que decidió trasladarse a Suiza, donde formó parte de la compañía de la Opera de Basilea entre 1957 y 1959, estrenándose en un repertorio poco frecuente para las cantantes españolas, que incluía Mozart y Strauss, lo que le sirvió para su siguiente etapa profesional en la compañía estable de la Opera de Bremen (1959-1962). De este último año es su primer contrato para cantar en el Liceo de Barcelona, donde estrenó Arabella de Strauss con tan buena fortuna que le extendieron otros dos contratos para encarnar las protagonistas femeninas del Don Giovanni de Mozart y de la Madama Butterfly de Puccini.
Pero su verdadero lanzamiento internacional se produjo la noche del 20 de abril de 1965 en el Carneggie Hall, cuando tuvo que sustituir imprevisiblemente a Marilyn Horne en la Lucrecia Borgia de Donizetti: su actuación le valió 25 minutos de aplausos al término de una representación y uno de los más importantes críticos neoyorquinos tituló al día siguiente "Callas + Tebaldi = Caballé".
A partir de ese momento, la carrera de la Caballé no ha conocido decaimientos y lleva más de un cuarto de siglo en primerísima fila de las estrellas de la ópera con un repertorio amplísimo que supera los 130 títulos.
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