Soprano nacida en Madrid el 21 de diciembre de 1931. Desde su nacimiento creció en un ambiente propicio para la música. Su padre, Leocadio Fuertes, tocaba el clarinete y el saxofón y estuvo entre los fundadores de la Banda Municipal de Madrid, según consta en un diploma firmado por Bartolomé Pérez Casas. Su madre, Luisa Alsina, se diplomó con sobresaliente en Barcelona, su ciudad natal, como violonchelista en la Escuela Municipal de Música. Cuando era pequeña, sus padres la llevaban al teatro donde tocaban los dos, y la colocaban en el foso de la orquesta diciéndole que se estuviera quietecita y calladita.
Más tarde, cuando su madre se quedó viuda como consecuencia de la guerra, les comenzó a rondar la pobreza; su madre debía hacer tournés con las compañías líricas si quería aportar el sustento. Su abuela, que se quedó al cargo de la niña, solía decir eso de "esta niña tiene voz".
Al principio quiso ser bailarina pero su padres se opusieron, así que esperó hasta los dieciséis años y se inscribió en el Circulo de Bellas Artes, donde aprendió a pintar y comenzó los estudios de canto; posteriormente fue a estudiar con Angeles Ottein, que trabajó con ella hasta que la consideró preparada. En ese tiempo trabajó como secretaria, además de acudir al Museo del Prado a copiar cuatros que después vendía a los turistas. Eso la permitió seguir estudiando con Lola Rodríguez de Aragón, a la que considera su verdadera profesora. Lola, considerando la importancia de un título, le recomendó inscribirse al Conservatorio, donde se diplomó en el año 1959 con el premio "Lucrecia Arana". Solicitó la beca "Juan March" para Italia y se la concedieron. En Milán estuvo dos años.
En 1957, poco antes de terminar los estudios, Luis Escobar montó un espectáculo titulado TE ESPERO EN ESLAVA y la eligieron para cantar un número de EL CONDE DE LUXEMBURGO. Fue su primera actuación en público y, a pesar de los miedos, adquirió mucha experiencia. El espectáculo permaneció en cartelera varios meses en funciones de tarde y noche. También el director y compositor Jesús Guridi, la eligió para cantar sus canciones en Radio Madrid.
En 1958 y tras el cese de José Tamayo, Lola Rodríguez de Aragón se hace cargo del Teatro de La Zarzuela y funda la Compañía Titular en la que hace debutar a su alumna al lado de grandes nombres de la lírica como Renato Cesari, Joaquín Deus, Alfredo Kraus, Antonio Martelo, Carlos Munguía, Ana María Olaria, Dolores Pérez o Selica Pérez Carpio. En dicha formación representó MARINA, LUISA FERNANDA, EL REY QUE RABIÓ y BOHEMIOS.
Además de cantar en el Teatro de la Zarzuela durante esa temporada, dio la vuelta a España cantando en los famosos Festivales de Verano. Solicitó de nuevo la beca "Juan March" y se la volvieron a conceder. Entonces empezó la búsqueda de una audición en Milán. Allí frecuentaba un restaurante al que iban muchos artistas y allí conoció a su futuro marido. En diciembre de 1962 se casaron, tuvieron tres hijos, y renunció al canto con gran dolor de su corazón para no dejar a los niños con terceras personas.
En 1968 se fue a vivir a Suiza, que era el país de origen de su marido. Cuando llegaron a Chiasso, ella quería enseñar en el Conservatorio, pero no lo había. Entonces decidió enseñar en la escuela estatal. Se presentó y le dieron la plaza, en la cual estuvo impartiendo la enseñanza musical (teoría y práctica, canto e historia de la música) durante más de veinte años. Incluso dio cursos de canto a maestros de escuela.
En Suiza dio a conocer la zarzuela -desconocida en la Suiza italiana- en varias sesiones, hablando del género, de sus orígenes y su desarrollo, además de presentar las zarzuelas más famosas en sus producciones más importantes.
Después de trabajar con la ilusión puesta en la música y el canto, se jubiló a los 62 años, dejando paso a la pintura, que nunca abandonó, a los recuerdos y a las representaciones de ópera, sobre todo en Milán.
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