domingo, 27 de septiembre de 2015

Federico Chueca

Nació el 5 de mayo de 1846 en la Casa de los Lujanes de Madrid. Entró en el Conservatorio cuando contaba ocho años. Detenido durante las manifestaciones estudiantiles contra el gobierno de Narváez en 1866, en los tres días que estuvo en la cárcel de San Francisco, en Madrid, compuso unos valses, que tituló Lamentos de un preso. Abandonó sus estudios de medicina por los de música. Trabajó como pianista de café y dirigió la orquesta del Teatro Variedades.
Su formación fué más científica que musical por ello necesitó siempre de la ayuda de algún colaborador como Francisco Asenjo Barbieri, Tomás Bretón y, de forma especial, de Joaquín Valverde quien armonizó y orquestó muchas de sus obras.
Sus zarzuelas presentan melodías castizas y populares llenas de vitalidad y está considerado como uno de los más importantes representantes del género chico. Su estilo es chispeante, alegre y desenfadado.
Fundó una sociedad de conciertos que desempeñó un papel importante en la vida musical española del siglo XIX. Escribió numerosas zarzuelas entre las que destacan: ¡A los toros!, Agua, azucarillos y aguardiente (1897), Pobre chica, La alegría de la huerta, El caballero de Gracia, Cádiz, El bateo, El chaleco blanco, La canción de la Lola, El año pasado por agua y sobre todas ellas La Granvía (1886), cuyo estreno supuso un éxito clamoroso.
Su obra póstuma, estrenada después de su muerte es La mocita del barrio.
Falleció el 20 de julio de 1908 en Madrid.

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